Os presento a mi familia femenina!!
Como podemos apreciar, en el mapa conceptual aparecen resaltadas en color rosa mis familiares femeninos y su dedicación a lo largo de la vida, empezando por mis bisabuelas, paternas, maternas y terminando por mí.
A parte de describir su situación laboral, también voy a dar unas pinceladas de su manera de vivir en general, y sobretodo reflejar que a medida que van pasando de generación en generación se ve una evolución muy favorable, desde mis bisabuelas hasta mí, aunque desafortunadamente para ver este cambio “hacia mejor” haya tenido que pasar todo un siglo.
- PURIFICACIÓN (abuela paterna de mi padre, mi bisabuela paterna) à Fue natural de Peñausende (Zamora), como mujer rural y de esa época dedicó toda su vida al cuidado de los hijos, de su marido, las labores de la casa… Por si fuera poco también tenía que ayudar en las labores del campo ya que los recursos económicos eran escasos y en épocas de recolección de la cosecha tenían que trabajar “de sol a sol” todos los miembros de la familia. Tenían tierras muy pequeñas y se dedicaban a labrarlas con animales de carga: bueyes, vacas, asnos…y la mano de obra era manual. Durante esa época había grandes episodios de hambruna y la familia era de clase baja, las condiciones de vida eran muy duras y tenían que trabajar a destajo por un salario mínimo.
- SABINA (abuela materna de mi padre, mi bisabuela paterna) à Nació y pasó toda su vida en Fresno de Sayago (Zamora). Al igual que todas las mujeres de esa época pasó su vida dedicada al marido, a ayudarle en las tareas del campo, a las labores del hogar y al cuidado de la familia. Se levantaba muy temprano para ir a trabajar al campo, tenían pequeñas tierras y se dedicaba a la agricultura (centeno, trigo, algarrobas…que le servían de alimento al ganado). En un pequeño huerto sembraba patatas, tomates, pimientos, lechugas… que le servían como alimento para toda la familia y como sustento para vivir. Su prioridad era vender los alimentos que cosechaba para conseguir un poco de dinero para hacer frente a los gastos de la casa y si la cosecha se había dado bien podían comer ellos, si no, se conformaban con lo mínimo. Cuando llegaba a casa tenía que acicalarla, hacer la comida o ir al arroyo a lavar. Este proceso se sucedía mañana y tarde y día a día.
- ISABEL (abuela paterna de mi madre, mi bisabuela materna) à Natural de Fresno de la Carballeda, pueblo muy pequeño y humilde de la provincia de Zamora. En este pueblo y los de sus alrededores se dedicaban a una agricultura pobre debido a las condiciones climáticas y del terreno: zona montañosa con abundantes lluvias en la que abundan animales salvajes (corzas, jabalíes, lobos…) pero también apropiado para la ganadería normalmente de vacas, ovejas y cabras.
Mi bisabuela y su familia se dedicaban a una pequeña ganadería de ovejas para vender los corderos y a una agricultura de trigo, cebada y centeno con lo que mantenía las ovejas, gallinas y cebaba un único cerdo que le servía de alimento para todo el año y para toda la familia. En el verano se levantaba muy temprano para segar la hierba, secarla, guardarla, recoger el grano y la paja para alimentar a los animales durante todo el invierno. Las labores del campo eran manuales y realizaba las tareas con una única pareja de vacas, un carro, arados y demás utensilios. También pasaba largas jornadas en el monte al cuidado de sus animales, obviamente realizaba todas estas labores sin descuidar sus funciones como esposa y como madre, era quién llevaba las riendas de la casa y realizaba todas las labores del hogar.
- LUCÍA (abuela materna de mi madre, mi bisabuela materna) à Nació y pasó toda su vida en Anta de Tera, provincia de Zamora (pueblo muy pequeñito, inundado actualmente por el embalse de Valparaíso). Este pueblo estaba a 5 kilómetros del de mi otra bisabuela, por eso el terreno y la vida en ellos eran muy similares.
Las condiciones de vida eran muy precarias. Me cuenta mi abuela que los únicos recursos económicos que tenían sus padres eran los corderos, terneros y cabritos que vendían de 20 ovejas, 3 vacas que también dedicaban para la labranza y 5 cabras. De esto tenían que vivir 10 personas, las 7 hermanas y sus padres.. Trabajaban en la labranza del trigo y centeno con mano de obra manual y una pareja de vacas, para conseguir el alimento para los animales. Igual que mi otra bisabuela tenía que ayudar en las faenas del campo a su marido a la vez que él, y hacer las labores, la comida y criar a los hijos.
- ANTONIA (madre de mi padre, mi abuela paterna) à Nació y pasó su juventud en Fresno de Sayago (Zamora). Hasta los 30 años pasó todas las penurias que su madre en el pueblo, porque las hijas tenían que ayudar a las madres y trabajar en el campo también.
Su medio de vida sufrió un cambio rotundo, “para bien”, cuando se vino a Zamora y empezó a trabajar como personal de mantenimiento en la residencia de ancianos de la Seguridad Social. Ya en la ciudad la vida era distinta, aunque se dedicó también al cuidado de sus tres hijos y de su marido (entonces ya jubilado) las condiciones de trabajo fueron más dignas, con un horario, un salario fijo, una casa con calefacción, TV, lavadora,,, Ya tenía ratos libres que los dedicaba a tejer porque le gustaba, no por necesidad como le ocurría en el pueblo.
- TRANSITO (madre de mi madre, mi abuela materna) à Nació y pasó parte de su vida en Anta de Tera (Zamora). Cuando tenía 55 años el pueblo quedó inundado por el embalse de Valparaíso y desde entonces vive en Mombuey, pueblo más grande y bastante más urbanizado.
En Anta de Tera nacieron sus ocho hijos y allí siguió la tradición de su madre. Mujer esposa, madre, agricultora, ganadera y durante muchos años en periodos largos de tiempo ejerciendo hasta la labor de padre. Eran años de emigración a Francia a trabajar en la recogida de remolacha y en la construcción, por pequeños sueldos, mi abuelo se vio obligado a hacerlo para mantener a sus hijos porque la ganadería era pobre y la agricultura más en ese medio rural.
Cuando era niña vivió la época del hambre; de mayor y hasta que se trasladó de pueblo a vivir, su modo de vida fue muy similar al de su madre (mi bisabuela Lucía). No había tiendas en el pueblo, tampoco médico, agua corriente, cuartos de aseo, lavadora, caminos sin asfaltar y como medio de transporte tenían un burro en el que iban a 8 kilómetros a buscar medicinas, alimentos…
Las condiciones de vida la cambiaron cuando se trasladó a vivir a Mombuey, “ya tenía todas las comodidades de las que antes no había disfrutado”, trabajó algunos años en la agricultura pero ya no vivió en condiciones tan precarias porque el trabajo estaba mecanizado y la casa reunía otras condiciones mejores. La vida le sonrió cuando se jubiló.
Mª CECILIA (mi madre) àNació y vivió en Anta de Tera hasta la adolescencia. Al ser la mayor de 8 hermanos tenía que ayudar a su madre en las duras labores del campo y en las de casa. Trabajó en la agricultura y ganadería como cualquier mujer de su época y de su pueblo: arando, segando, trillando, recogiendo hierba, remolacha, patatas, cuidando animales, lavando de rodillas en el río…Empezó a estudiar el bachiller en Mombuey (en un colegio Libre Adoptado) y los fines de semana y vacaciones era una más trabajando en el pueblo. Cuando cuidaba de las ovejas y vacas era el tiempo que le dedicaba al estudio porque cuando llegaba a casa tenía que ayudar a su madre y cuidar de sus hermanos pequeños. Hizo la carrera de magisterio en Zamora y un master de Agente de Desarrollo Local. Ha estado dando clase a adultos, elaborando programas de formación de la Unión Europea y ejecutándolos en el medio rural de Castilla y León.
Su vida cuando estudiaba no le fue fácil, tenía que trabajar a la vez que estudiaba porque la beca no le llegaba para costear los estudios y la residencia en Zamora. Cuando comenzó a trabajar con un sueldo la vida le cambió “para mejor”, concilió muy bien la vida familiar y laboral y ahora vive bien con todas las comodidades.
- SARA (Yo) à Nacida y criada en Zamora, actualmente estudiante de 2º grado de Magisterio de Educación Primaria en la Escuela Universitaria de Magisterio de Zamora, perteneciente a la Universidad de Salamanca, con expectativas de trabajar como profesora.
He dedicado mi corta vida a estudiar (todavía me queda mucho por aprender y formarme), aunque a veces, cuando era más joven, me he llevado varios berrinches por no querer estudiar y decir que era muy duro. Me he dado cuenta que no era tanto como yo pensaba porque en realidad vivo en una situación privilegiada, si la comparamos con la vida de mis antepasados, sin ir demasiado lejos con lo que ha tenido que trabajar mi madre en el campo, en casa y a la vez estudiar..
Curiosidades comunes sobre su modo de vivir
Como podemos observas el medio de vida de mis cuatro bisabuelas fue muy similar, al igual que el de mis dos abuelas hasta que se trasladaron de su pueblo natal.
Antiguamente se denominaban labradoras o agricultoras, pero a lo en realidad se dedicaban era a las labores del hogar y ayudar a los hombres en las tareas del campo y del ganado. Eran los maridos los titulares de la agricultura y ganadería y solamente mi bisabuela Isabel y abuela Tránsito pagaban también los “cupones” (como se decía entonces) de la Seguridad Social y tenían una titularidad compartida con los maridos. Esto lo hacían para poder cobrar la jubilación cuando llegaran a los 65 años. Ello también implicaba que tenían que pagar una doble “iguala” al médico de familia. Con todos estos gastos, “pensando siempre en el día del mañana” como dicen ellas, poco le quedaba para comer con unas explotaciones ganaderas tan pequeñas.
Sus condiciones de vida eran pobres: mujeres del medio rural de Sayago y Carballeda, esposas de pequeños agricultores y ganaderos y clase social muy humilde en la que la mujer estaba supeditaba a trabajar fuera y dentro de la casa.
Únicamente tomaban leche cuando vendían los cabritos y terneros de las cabras y vacas que las ordeñaban; el resto del tiempo desayunaban sopa de pan de centeno que hacían en una hornada para toda la semana. Mataban un cerdo para comer todo el año y en la post-guerra, “época del hambre y requisas”, sólo comían de él el tocino, los jamones y chorizos los intercambiaban con los más pudientes por el tocino de los recortes del jamón para conseguir más cantidad en el cambio
Su medio de vida no era muy digno, ya que estaban sometidas al trabajo, al marido y al cuidado de sus hijos. La situación era muy dura, carecía de libertad y estaban todo el día trabajando sin ser reconocido para “malvivir”. El hambre apretaba y quien sufría la mayor parte de las consecuencias eran las mujeres porque eran las responsables de administrar los escasos recursos económicos.
Ninguna de ellas pudo disfrutar de una calefacción y un cuarto de baño con ducha. En el verano se lavaban en el río, regato o arroyo y en el invierno calentaban agua en calderas de cobre o hierro y se lavaban en la cocina en ellos.
De niñas y durante el día no podían asistir a la escuela porque tenían que ayudar a sus madres en el campo, en casa y en el cuidado de sus hermanos, pero todas se defendían en la escritura, lectura y cálculo básico porque por las noches el maestro las reunía en su casa y les enseñaba.
No había luz eléctrica pero no impedía para que por las noches hilaran lana de las ovejas y tejieran los calcetines, jerséis, chaquetas, polainas, mantas para la cama y abrigarse…, todo ello a la luz de un candil de carburo o petróleo.
La única diversión que tenían eran las risas que se pasaban en las “solanas” en el invierno y cuando se juntaban por las noches para “rezar el Rosario” y tejer, cada día en una casa para ahorrar el gasto que le suponía el alumbrado. Los domingos hacían baile con un tambor y el día de la fiesta con gaita también.
El domingo lo dedicaban a ir a misa, limpiar la casa y lavar en el río Tera, de rodillas, toda la ropa de la semana.
He recopilado algunas fotos antiguas de mi familia, como podéis ver, se refleja la humildad en su vestimenta y en la casa, pero a pesar de todo ello se les ve una familia feliz y unida.
Espero que os haya gustado esta entrada, ya que la he hecho con mucha ilusión porque todo eso me lo han contado ellos, yo afortunadamente no he vivido esas épocas.
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